Blogia

Danaos

La Arquitectura

La Arquitectura

 

La mayor parte del conocimiento actual de la arquitectura griega proviene del período arcaico tardío. Ésta sienta las bases de lo que será la arquitectura del mundo occidental durante siglos.

La arquitectura refleja las ideas de orden, proporción y armonía del ideal de belleza griego. Todas las manifestaciones artísticas griegas se caracterizan por este rasgo. La perfección estética se trasladaba de la idea al mármol, y del mármol volvía a ser una idea de perfección ante el espectador.

Es una arquitectura fundamentalmente adintelada, aunque conocían la bóveda no la utilizaban. Como toda expresión artística, va evolucionando según trascurre el tiempo. Cada vez se alcanza mayor grado de perfección hasta la época clásica donde culmina con la perfecta armonía de las formas como máximo exponente.

Es cierto que esta arquitectura que comparte íntimos rasgos primigenios con la arquitectura egipcia, tiene un aire monumental, pero sus edificios nunca alcanzan tamaños colosales como en Egipto. La idea de fundir el arte con el entorno era un precepto importantísimo para el artesano griego.

Como ya hemos comentado anteriormente, los teatros se adaptaban al entorno, al igual que las ciudades y no al contrario, como sucederá en Roma. Con lo que siempre encontraremos edificios hechos para el uso del hombre. Sobre todo si hablamos de la arquitectura civil.

En este sentido sólo los templos tendrán un tamaño algo mayor, puesto que eran la morada de la divinidad y debían ser contemplados desde toda la ciudad. Con lo que su tamaño estaría justificado.

Los materiales frecuentemente empleados en la arquitectura griega fueron la madera, para soportes y techos; ladrillo sin cocer para las paredes, especialmente de casas; la piedra caliza y el mármol, para columnas, muros y porciones elevadas de los templos y edificios públicos; la terracota, para ornamentos; y metales, especialmente el bronce, para detalles decorativos. Los arquitectos de la época arcaica y clásica usaron estos materiales constructivos para edificios: religiosos, cívicos, domésticos, funerarios y recreativos. El adobe se reservaba para las construcciones más pobres y sin importancia.

No puede olvidarse que el aspecto general de los edificios era distinto al que se ve actualmente, ya que se pintaban con colores brillantes, de rojo, de azul, de tal manera que llamaban la atención no sólo por su estructura, sino también por su policromía.

Nos encontramos ante una arquitectura muy equilibrada en cuanto al trazado de sus líneas. Se puede hacer fácilmente una lectura proporcionada, por qué todo este hecho con una medida, con un canon.

 

Y este canon diverge entre las polis del continente y las de las islas, o las situadas en las costas de Asia Menor. Por ello, al hablar de orden, debemos hacer una distinción según el estilo.

Como hemos afirmado anteriormente, la arquitectura griega presenta dos características fundamentales que son reflejo de esta mentalidad antropocéntrica y que se convierten a su vez en los puntos cul­minantes de esta forma de construir: en primer lugar, la adopción de la escala humana como elemento de referencia y, en segundo lugar, las particulares características del progra­ma arquitectónico desarrollado. A continuación pasaremos a analizar de qué forma influye el primero de estos conceptos en la producción arquitectónica griega. El concepto de escala humana está íntimamente relacionado con la insistente preocupación por la estética que caracterizó a estos constructores, la cual, los llevó a la valoración global del edificio como si de una escultura se tratase. Desde el punto de vista griego, el templo –como tipo más importante dentro de la producción edilicia de esta civilización- pretendía ser la plasmación en piedra de una composición ideal abstracta y objetivamente bella –la Idea de Templo, que diría Platón- a la que estos constructores intentaban aproximarse mediante un proceso de investigación empírica.

Esta relación se definió con el nombre de Orden Arquitectónico y tomaba como módulo de base el radio o el diámetro del tercio inferior de la columna, quedando así perfectamente fijadas y relacionadas las dimensiones de todas las partes que componían el edificio a partir de esta medida inicial. Como mas tarde veremos con mayor detenimiento, los griegos manejaron tres tipos formales ideales de órdenes: el orden Dórico, el Jónico y el Corintio, si bien, este último podemos considerarlo como un subestilo del jónico, pues solo varía el capitel con respecto a éste, presentando la misma relación proporcional entre los elementos que lo componen. Los dos primeros, comenzaron a emplearse desde los primeros tiempos, mientras que el último, tardó mucho más tiempo en utilizarse. Por último, otra consecuencia relevante de esta preocupación por la estética fue la elección consciente del sistema adintelado como modelo estructural. Su elección fue debida a la sensación de serenidad que transmite al observador frente a la tensión que genera en el mismo el uso del arco, también conocido y empleado, aunque muy escasamente, en este periodo como puede observarse en las construcciones del santuario griego de Olimpia

Ἡσίοδος

Ἡσίοδος

 

σίοδος nació en Ascra, cerca de Tebas hacia la segunda mitad del s.VIII a.C. o la primera del s.VII a.C. Fue campesino e hijo de un comerciante. La tradición lo sitúa como contemporáneo e incluso rival en certámenes poéticos de Homero.

Suele considerarse como el más antiguo de los poetas helenos después de Homero y, durante buena parte del s.XIX, la crítica llegó a dudar de su auténtica existencia, aunque ésta parece fuera de toda duda en la actualidad. La familia de Hesíodo estableció su residencia en Beocia, procedente de Cumas (Eolia), lugar de origen de su padre. Poco se sabe de su vida; parece que fue fundamental en ella la enemistad con su hermano Perses a causa de la herencia paterna, y este tema abordó en su obra Los trabajos y los días. Muerto su padre, Hesíodo se estableció en Naupacto, donde pasó su juventud al cuidado de un rebaño de ovejas y llevando la vida plácida y sencilla de los campesinos griegos. Los actuales especialistas sitúan como contemporáneo de Homero a Hesíodo, pero su poesía, muy alejada del estilo épico y grandioso de la de aquél, está destinada a instruir más que a exaltar. Se sabe también que en Calcis (Eubea) participó en un concurso de aedos y obtuvo la victoria. Murió al parecer en Ascra y sus cenizas se conservaron en Orcómeno, donde se le rindieron honores como a un fundador de la ciudad.

Muchas de las obras que durante la Antigüedad se le atribuían, como los poemas sobre arte adivinatorio La ornitomancia, Los versos mánticos y Las explicaciones de los prodigios, no son realmente suyas. Lo que parece probado con seguridad es que fue el autor de Los trabajos y los días, de la Teogonía, que explica el origen del universo y la genealogía de los dioses, y de los cincuenta y cuatro primeros versos del El escudo de Herácles. Junto con las de Homero, las obras de Hesíodo se convertirían en parte del corpus fundacional de la cultura griega, gracias a su labor de sistematización del conjunto de mitos heredados y al inicio de su interpretación en un sentido moral y práctico. La cultura griega se caracterizaría en todo momento por la compleja relación que mantendría con el conjunto de concepciones mitológicas y religiosas de sus propias tradiciones, tanto para rechazarlas como para reverenciarlas, aunque siempre extraería de allí sus más fecundas intuiciones.

Citas: «Ningún trabajo es vergonzoso, sólo el ocio es una vergüenza.»

Sus obras más significativas son:

-Θεογονία: En ella se narra el origen del cosmos y el linaje de los dioses de la mitología griega, hasta entonces propagada por medios orales. Escrita en primera persona, refleja el afán de Hesíodo por «pensar» en el mundo según categorías esenciales. Es una de las obras claves de la épica grecolatina.

La Teogonía sirvió para fundamentar el posterior trabajo de Hesíodo, más moralista y diseñado como una guía práctica para la vida diaria, en el cual explica la justificación divina del trabajo, dentro de un marco conceptual en el cual lo divino es entendido como lo fundador de la realidad, pero sólo en la medida en que su presencia y realidad se verifican cada día en el acaecer del mundo.

A diferencia de los textos homéricos, la Teogonía está escrita para ser leída como Verdad, como una revelación hecha al autor por las Musas del Monte Helicón; historia que forma la primera parte del texto. Los relatos de la Teogonía parecen escritos en respuesta a la excesiva humanización de los dioses de la tradición homérica.

-Ἔργα κα μέραι: El poema gira en torno a dos verdades generales: el trabajo es el destino universal del hombre, pero sólo quien esté dispuesto a trabajar podrá con él. Los estudiosos han interpretado esta obra en el contexto de una crisis agraria en el continente griego, que inspiró una ola de colonizaciones en busca de nuevas tierras.

Esta obra muestra las cinco Edades del Hombre, además de contener consejo y sabiduría, prescribiendo una vida de honesto trabajo y atacando la ociosidad y a los jueces injustos (como los que decidieron a favor de Perses), así como la práctica de la usura. Describe a los inmortales que vagan por la tierra vigilando las justicia y la injusticia. El poema considera el trabajo como origen de todo el bien, pues tanto hombres como dioses odian a los holgazanes, que parecen zánganos en una colmena.

-σπς ρακλέους: es un fragmento de épica griega, compuesto por 481 líneas de hexámetros. El tema del episodio es la expedición de Heracles y Yolao contra Cicno, el hijo de Ares, quien había desafiado a Heracles en combate cuando éste pasaba cerca de Itono, narrado con una dicción recargada y pesada. La sección sobrevivió aparentemente por el placer que proporcionaba su meticulosa descripción de las imágenes y viñetas representadas en extravagantes relieves sobre el escudo hecho por Hefesto para Heracles. La obra fue acríticamente atribuida a Hesíodo en la antigüedad, pero probablemente fuese escrita en el siglo VI a.C, imitando consciente el estilo homérico.

La extravagante descripción del escudo en esta obra parece haber a animado a los rapsodas a contribuir sus interpolaciones, que han sido identificadas y separadas por los investigadores modernos. Algunos símiles pueden sorprender al atento lector por su impropiedad.

La popularidad de El escudo de Heracles en las Atenas del siglo VI a.C puede calcularse a partir de las ocurrencias en las que se detecta su presencia en vasijas áticas de entre 565 y 480 a.C. La probabilidad de transmisión oral y literaria durante la misma época también ha sido estudiada.

Δελφοί

Δελφοί

Emplazado en un agreste paraje del golfo de Corinto, en la Grecia central, Delfos muestra las ruinas del que en su día fue el oráculo más famoso del mundo. A 600 metros de altura respecto al nivel del mar, el lugar estuvo consagrado inicialmente a la diosa de la tierra, Gea.

Zeus soltó dos águilas desde los extremos de la tierra y ambas se cruzaron en Delfos, señalando el centro del mundo. Allí fue situada una piedra conocida como el onfalos ("el ombligo"). Otra leyenda afirma que su hijo Apolo mató en el lugar a una monstruosa serpiente llamada Pitón y asentó su oráculo en el lugar que ocupaba el de Gea, utilizando a una sacerdotisa llamada Pitonisa, como médium para responder a los visitantes.

 


En un principio la pitonisa era una joven sacerdotisa virgen, pero cuando una de ellas fue raptada y violada se decidió utilizar a mujeres de más de cincuenta años. Llegaron a ser necesarias tres, que se turnaban para responder las preguntas.

Existen dos explicaciones para explicar el funcionamiento del oráculo. Una afirma que la pitonisa entraba en trance masticando hojas de laurel. Otra, la más aceptada, que se reclinaba sobre un trípode colgado en el abismo de una grieta sagrada de la que emanaban vapores tóxicos. Por influencia suya emitía sonidos y palabras incoherentes que los sacerdotes interpretaban como respuestas de Apolo.

Peregrinos de toda Grecia e incluso extranjeros se acercaban al oráculo caminando desde Atenas o en barco hasta el puerto llamado Itea en la actualidad. Llegados al magnífico templo de Apolo ascendiendo el Monte Parnaso por la Via Sacra, se purificaban en las aguas de la fuente de Castalia. Entonces salpicaban una cabra con agua fría y si temblaba con todo el cuerpo era sacrificada y el peregrino autorizado a hacer su pregunta. Luego pagaba su tarifa y esperaba a ser atendido. La pitonisa recibía la pregunta escrita en una tablilla y entraba en trance para responderla. Un sacerdote interpretaba los balbuceos y la escribía en verso entregándosela al peregrino.

 


Las respuestas solían ser más consejos que verdaderas predicciones, y eran tan famosas por su ambigüedad como por sus aciertos, que no sólo elevaron a Delfos a la consideración del oráculo más fiable, sino que lo hicieron mantenerse en este lugar durante varios cientos de años.


Independizado en el 589 a.C. se vio afectado por las rivalidades entre las grandes ciudades y por dos guerras santas que sirvieron para saquearlo. La politización del oráculo, que protagonizó su actividad en los últimos siglos antes de nuestra era, le restó credibilidad y comenzó su decadencia. En el siglo II a.C. fue conquistado por Roma, y Nerón saqueó en torno al 60 d.C. más de 500 estatuas del oráculo. También Sila y los emperadores cristianos contribuyeron con sus expolios a acelerar el ocaso del lugar.

Fue oficialmente clausurado por Teodosio hacia 385, pero algunos años antes el propio oráculo había dejado clara su situación ante una consulta del emperador Juliano:

"Dile al rey esto: el templo glorioso ha caído en ruinas; Apolo ya no tiene techo sobre su cabeza; las hojas de los laureles están silenciosas, las fuentes y arroyos proféticos están muertos."

´Ολυμπία

´Ολυμπία

Desde los albores de la época arcaica, todos los griegos, comprendidos los de las colonias del Mediterráneo y los del Ponto Euxino, toman parte en las actividades del santuario. Su importancia, creciente de día en día, se pone de relieve con la construcción de los primeros edificios monumentales. A éstos se añaden poco a poco nuevas construcciones para subvenir a las crecientes necesidades tanto del culto como de la administración, hasta que, hacia finales del siglo IV a. C., el santuario adquiere su estructura arquitectónica definitiva. Esta estructura será completada en época helenística y romana para adaptarse, introduciendo algunos cambios, a las necesidades del momento y al nuevo modo de vida.

El santuario propiamente dicho, aislado por un muro, tenía tres entradas principales: dos al Oeste y una al sur. En el interior del cercado se hallaban los templos y los edificios directamente relacionados con el culto, mientras que los edificios auxiliares, las habitaciones de los sacerdotes, las termas, las hospederías, el gimnasio, la palestra, etc., estaban fuera del recinto.

 En la falda del monte Cronion se levantaba el Heraion, el templo de Hera. El templo, de estilo dórico, fue construido en el año 650 a. C. y estaba constituido entonces únicamente por la cella y el pronaos; en el año 600 a. C. se le añadieron un opistodomo y una columnata exterior. Si embargo, investigaciones recientes inducen a pensar que el templo fue construido de una sola vez hacia el año 600 a. C. según un plano unitario. Este edificio de planta alargada y de proporciones pesadas, es una de las muestras más antiguas de la arquitectura religiosa monumental que se han conservado hasta nuestros días en Grecia. El basamento del templo y las grandes pilastras de la cella fueron tallados en calcárea conchífera local, mientras que la parte superior de los muros era de adobe y la cubierta de ladrillo sobre envigado de madera. La punta de los dos frontones estaba coronada por una acrótera de ladrillo en forma de disco. Las columnas, originariamente de madera, fueron poco a poco sustituídas, en el transcurso de los siglos, por una columnata de piedra. Dado que cada una de las columnas pertenecía al estilo de la época en que fue instalada, poseemos una colección de columnas dóricas que ilustra la evolución de la columna y sobre todo del capitel, desde la época arcaica hasta la romana. En el fondo de la cella se conserva aún el basamento sobre el que estaban instaladas las estatuas de piedra de Zeus y de Hera. La cabeza colosal femenina encontrada en las excavaciones pertenece, con toda probabilidad, a la estatua de Hera.

Un poco más tarde comenzaron a construirse, uno tras otro, los Tesoros, pequeños templos en forma de "megaron" ofrendados por las ciudades griegas y principalmente por las colonias. Fueron edificados sobre el terraplén natural que forma la ladera sur del Cronion, un poco por encima del Heraion. El más antiguo es el Tesoro de Sicio, ciudad no lejana de Corinto, que, en su primera fase, es casi contemporáneo del templo de Hera. Los más recientes se remontan a la primera mitad del siglo V (tesoros de Sicio y Gela en su segunda fase, tesoros de Siracusa y Bizancio). Dispuestos así, uno junto a otro, marcaban el límite septentrional del Altis. Pausanias refiere el nombre de diez tesoros; sin embargo, actualmente encontramos en aquel lugar las ruinas de doce pequeños templos, de los que sólo cinco han sido identificados con certeza: los tesoros de Sicio, de Seline de Sicilia, de Metaponto, de Mégara y de Gela. Estos tesoros, en un principio dedicados al culto, fueron utilizados a continuación para guardar ofrendas de valor.

El Pelopion (recinto consagrado a Pélope) fue renovado en el siglo VI a. C. Su muro de cintura, inicialmente circular, se convirtió en pentagonal y se le dotó de una entrada monumental (própilon) que fue sustituida, durante el siglo V a. C., por otra todavía mayor.

El primer Pritaneion, sede de los Prítani, administradores del santuario, se encuentra en el ángulo nordeste del Altis y se remonta a los comienzos del siglo V a. C. La "estía" (hogar) sagrada, permanentemente encendida, estaba situada en un local especial. Las habitaciones de la parte norte del Pritaneion se usaban para los banquetes en honor de huéspedes distinguidos y de los vencedores de los Juegos.

Nada queda del gran altar de Zeus, situado al sudeste del templo de Hera. Resultante del amontonamiento progresivo de las cenizas de los sacrificios y de la "estía" del Pritaneion, el altar acabó por formar una pequeña colina que las lluvias deben haber deshecho poco a poco, después del abandono del santuario. El espacio que se extiende al este, frente al altar, y especialmente la ladera del terraplén de los tesoros, constituían probablemente el teatro. Recibía este nombre a causa de la vista panorámica que ofrecía sobre el lugar de los sacrificios.

El estadio arcaico (Estadio I), muy simple y todavía sin rampas, se extendía probablemente, en su nivel inferior, a lo largo del terraplén de los tesoros. Su lado menor occidental, donde estaba la meta de llegada, daba sobre el Gran altar de Zeus. A finales del siglo VI o comienzos del V a. C., este estadio fue quizás desplazado ligeramente hacia el este, con la pista en un nivel inferior y las rampas de los lados longitudinales hechas de un modo más regular (Estadio II). Hacia la mitad del siglo V a. C., el estadio fue desplazado de nuevo, 82 m. hacia el este y 7 m. hacia el norte, y se cerró su lado corto occidental (Estadio III). Como han demostrado las excavaciones, el terraplén de este lado corto occidental del estadio fue truncado cuando, en la segunda mitad del siglo IV a. C., se construyó el Pórtico del Eco que disoció definitivamente el santuario del estadio. De esta manera, el estadio que hasta entonces formaba parte del santuario, cambió no sólo de forma, sino también de significdo. Según excavaciones recientes, el Estadio III se remonta a los comienzos del siglo V a. C., mientras que el Estadio II puede situarse en la época arcaica.

Desde entonces, los Juegos se convierten poco a poco en un espectáculo profano. La pista del nuevo estadio tiene una longitud de 212,54 m. y una anchura de aproximadamente 28,50 m.; la distancia entre la línea de salida y la meta es de 192,82 m., en lugar de los 186 m. del estadio clásico. La pista estaba circundada por rampas, pero no había asientos de piedra, excepto unos pocos para las autoridades. De piedra era también la tribuna de los árbitros (Hellanodikoi), en la parte meridional del estadio, frente al altar de Deméter Chamine. El estadio podía contener 45.000 espectadores que se sentaban directamente en el suelo. Durante la época helenística, el estadio fue conectado con el ángulo noroeste del santuario por medio de un estrecho corredor abovedado, la Cripta, que en su extremo occidental terminaba en una puerta monumental con columnas de estilo corintio.

En el emplazamiento de este estadio clásico tardío, las excavaciones han descubierto numerosos pozos de época arcaica que aseguraban el aprovisionamiento de agua a los millares de espectadores de los Juegos. Cuando en el siglo V se desplazó el estadio, estos pozos fueron cegados. Se enterraron en ellos numerosísimos exvotos de excepcional valor artístico, pertenecientes a la época geométrica, a la arcaica y a la clásica.

El Hipódromo, de una longitud total de cuatro estadios, (alrededor de 780 metros), no ha sido excavado todavía. Es probable que haya sido destruído por el curso del Alfeo. Durante el periodo clásico adquirió su forma definitiva al sur del estadio y paralelo a él. Entonces se inauguró un nuevo sistema de líneas de salida para las carreras de caballos y carros. La falda de una pequeña colina situada al norte de la pista fue transformada en rampa para los espectadores, mientras que al sur y al oeste construyeron terraplenes. Al oeste, el hipódromo se cerraba con el Pórtico de Agnapto que, lo mismo que el hipódromo, no se ha excavado todavía. La pista del hipódromo tenía forma elíptica, dividida en sentido longitudinal por una barrera de piedra o de madera que medía dos estadios (cerca de 390 metros). Los caballos y los carros corrían alrededor de esta barrera cubriendo así, en cada vuelta completa, la distancia de cuatro estadios.

Al sur del santuario se construyó, pasada la mitad del siglo VI a. c., el edificio meridional del Bouleuterion, una de cuyas dos alas cortas, de forma rectangular absidal, mantiene el tipo de las construcciones prehistóricas del Altis. Durante el siglo V a. C., se unieron a éste un segundo edificio con ábside, construido paralelamente a él, y un pabellón rectangular en cuyo centro se hallaba el Altar de Zeus Horchios, sobre el cual los atletas prestaban juramento antes de los juegos. Estos tres edificios contiguos fueron conectados entre sí, quizás en el siglo IV a. C., por un pórtico jónico que corría a lo largo de sus fachadas orientales.

En el siglo V a. C. el santuario alcanza el máximo de esplendor y riqueza. Se construye en el centro del Altis el monumento más importante, el gigantesco templo de Zeus, cuya edificación, iniciada alrededor del 470 a. C., inmediatamente después de la reorganización del estado, fue completada en el 456 a. C. El templo, de estilo dórico períptero, obra del arquitecto Libón de Elis, era el mayor del Peloponeso y fue considerado como la expresión más perfecta de la arquitectura dórica. Las composiciones marmóreas de sus frontones representaban, al este, la carrera de carros de Enomao y de Pélope, con Zeus en el centro; al oeste, la lucha de los lapitas y los centauros durante la boda de Piritoo y Daidamia, con Apolo en el centro. Las doce metopas del templo, seis sobre la entrada del pronaos y seis sobre el opistodomo, representaban los doce trabajos de Heracles. Estas esculturas son los ejemplos más representativos del llamado "estilo severo". La acrótera central del frontón oriental, era una Nike dorada, obra de Peonio, y las acróteras laterales tenían forma de lébetes, igualmente doradas. Peonio fue también el autor de la Nike de mármol, levantada sobre un alto pedestal triangular, frente a la fachada oriental. En el fondo de la cella se instaló, alrededor del 430 a. C., la colosal estatua crisoelefantina de Zeus, obra maestra de Fidias, y de la que no quedan sino misérrimas reproducciones. El dios, sentado en un trono, sostenía en la mano derecha una Nike de oro y marfil y, en la izquierda, un cetro. Su trono, al igual que la peana, estaban decorados con representaciones mitológicas, dioses, genios, héroes, en oro, marfil y piedras preciosas.

Para la realización de la estatua se construyó, al oeste del templo, un taller a propósito. En el interior y en los alrededores de éste se han encontrado numerosos utensilios, joyas de vidrio, moldes de arcilla y otros instrumentos relacionados con el trabajo del artista que han permitido fijar de manera exacta la cronología de la estatua.

Al norte del taller se construyeron, casi en la misma época, otros dos edificios. El primero, rectangular con un patio porticado en el centro, se identifica de ordinario con el Theokoleon, sede de los Theokoloi, sacerdotes de Olimpia. El segundo, más pequeño, constituido por una estancia circular encerrada en una estructura cuadrada, es el Heroon, denominación que le da una inscripción de época helenística tardía hallada in situ. La hipótesis reciente de que este edificio habría sido inicialmente destinado a los baños calientes y que sólo posteriormente habría sido consagrado a un héroe anónimo, no se basa en ningún indicio fundado.

Todavía más al oeste, cerca del Cladeo, se construyeron, siempre en el siglo V a. C., los Baños y una Piscina. Alrededor del 300 a. C., estos baños fueron ampliados por primera vez y de nuevo lo fueron hacia el año 100 a. C., fecha en la que se les añadió el hipocausto (sala con calefacción subterránea). En época romana fueron abandonados y en vez de éstos se construyeron Termas en varios lugares del santuario.

La época del clasicismo tardío fue para los habitantes de la Elide un periodo de revoluciones internas y de disensiones. Sin embargo, estas agitaciones no impidieron que se llevase a cabo un nuevo plan de edificaciones que dio al santuario su definitiva configuración arquitectónica. Entonces hicieron su aparición en Olimpia los estilos jónico y corintio, imponiéndose al dórico que había dominado hasta aquel momento. En estas nuevas construcciones se utilizó profusamente el mármol blanco en lugar de la caliza conchífera local, empleada hasta entonces casi con exclusividad. Es el signo de un cambio más radical que sufrió el santuario y que se deja ver también en la organización de los Juegos. Con el desplazamiento del estadio más al este que el de época clásica, se consuma su desvinculación del recinto sagrado del Altis.

Esta separación se hace todavía más definitiva con la construcción, poco después del 350 a. C., a lo largo del vértice oriental del Altis, del Pórtico del Eco o Eptaeco, que debía su nombre a la acústica, es decir, al hecho de que el eco se reflejaba en él hasta siete veces. Recibía también el nombre de Poikile a causa de los frescos que adornaban las paredes interiores. Tenía dos columnatas, la externa de estilo dórico y la interna, quizás de estilo corintio, con habitaciones al fondo. Durante este periodo, el santuario propiamente dicho fue aislado de los edificios auxiliares mediante un muro de cintura monumental, de piedra caliza, con cinco puertas, tres al oeste y dos al sur.

A comienzos del siglo IV a. C. se construyó el Metroon, el templo de Cibeles, madre de los dioses, frente al terraplén de los Tesoros. De este templo, dórico períptero, se conserva solamente el estilobato y fragmentos del friso de piedra. Desde la época de Augusto, el Metroon fue usado como lugar de culto imperial y en el interior del templo se instalaron estatuas de emperadores. A lo largo del terraplén de los Tesoros, entre el Metroon y el estadio, se conservan las peanas de 16 estatuas de bronce de Zeus, los Zanes, erigidas con la recaudación de las multas impuestas a los atletas que había intentado ganar la competición de manera fraudulenta. El límite meridional de todo el complejo del santuario estaba constituido por el Pórtico meridional. Este tenía dos series de columnas, la del exterior, de estilo dórico, y la interna, de estilo corintio, con una pared al fondo. Su fachada tenía en el centro una zona porticada que daba al edificio la forma de una T. Su construcción es casi contemporánea a la del Pórtico del Eco y tiene también, como éste, "euthinteria" y escalones de mármol.

De finales del siglo V a. C. o comienzos del IV es el Edificio del Sudeste. Cerca del ángulo sudeste de los edificios a él adosados, qu eson de época helenística, ha salido a luz un altar de Artemisa de comienzos del siglo V a. C. El edificio del Sudeste fue demolido durante el siglo I a. C. y su base sirvió para la construcción de una villa con peristilo, muy probablemente la de Nerón.

El Filippeion es un edificio circular porticado, situado al Sur del Pritaneion, que comenzó a construir Filipo II de Macedonia después de la batalla de Queronea (338 a. C.) y que terminó su hijo Alejandro. Se alzaba sobre un basamento escalonado de mármol, en gran parte conservado, y estaba circundado por una columnata jónica. En el interior, las paredes de la cella circular estaban adornadas con columnas corintias y en ella se alzaban, sobre un pedestal semicircular, cinco estatuas crisoelefantinas, obra del escultor Leochares, que representaban a Alejandro Magno entre sus padres y antepasados. Este tipo de construcción circular, ya desde antiguo de carácter cultual, viene usado ahora por primera vez para el culto de la dinastía Macedónica, elevada al rango de los héroes.

En la parte occidental del santuario, al sur del taller de Fidias, se construyó en 330 a. C. el Leonidaion, una hospedería que lleva el nombre del arquitecto que la hizo y la donó, Leónidas de Naxos. Estaba constituido en sus cuatro lados por habitaciones que daban a un patio interior con columnas de estilo dórico. En el exterior, el edificio estaba circuncidado por una columnata jónica. El Leonidaion, destinado a dar alojamiento a personalidades extranjeras, fue transformado en época romana en residencia para altos funcionarios del Imperio.

En época helenística (siglos III-II a. C.) no se realizó ninguna construcción en el santuario propiamente dicho. Se llevaron a cabo sólo trabajos de mantenimiento y consolidación y, en algunos casos, se procedió a la transformación, a veces importante, de edificios dañados por los fuertes terremotos que son frecuentes en Olimpia. La actividad arquitectónica continuó, sin embargo, en el exterior del Altis, para hacer confortable la permanencia de los atletas y los visitantes.

Al oeste del Altis, es una zona que estaba destinada al entrenamiento de los atletas, se edificó en el siglo III a. C. la Palestra, destinada al adiestramiento en la lucha, el pugilato y el salto. Tenía una forma casi cuadrada, con un patio porticado sobre el que se abrían los vestuarios, el elaiothesion (donde los atletas se untaban el cuerpo de aceite), el konisterion (donde se espolvoreaban con arena o cenizas), baños y aulas en las que los entrenadores impartían su instrucción.

Completaban el aspecto de Olimpia millares de altares, de estatuas de dioses, génios y héroes, los monumentos de los vencedores de los Juegos, de reyes y de generales, todas obra de los artistas más célebres de la época. Poquísimas de éstas han llegado hasta nosotros. Obras semejantes fueron erigidas también en época romana; la mayor parte, efigies de dignatarios o de emperadores romanos, levantadas por ciudades o por particulares deseosos de captar su benevolencia. Las obras antiguas de más valor fueron transportadas entonces al templo de Hera que desde aquel momento fue destinado a Museo.

En época romana, después de la derrota de los griegos en el Istmo (146 a. C.), el cónsul romano Mummio ofreció a Olimpia 21 escudos dorados que fueron fijados sobre las metopas del templo de Zeus. Sila, al contrario, en el 85 a. C., saqueó los tesoros del santuario, al igual que los de Epidauro y de Delfos, para asegurarse los fondos necesarios para la guerra con Mitridates. Decidió también transferir los Juegos Olímpicos a Roma y organizó la Olimpiada 175 (80 a. C.). Olimpia pasó entonces por un periodo de decadencia del que sólo pudo salir después del año 31 a. C., en tiempos de Augusto. Los emperadores y dignatarios romanos mantuvieron actitudes diferentes con respecto al santuario y los Juegos, de acuerdo con su programa político en territorio griego. En tiempo de Nerón, el Altis fue ampliado. Se construyó un nuevo muro de cintura a 3 metros más hacia el oeste y 20 metros más al sur. Las sencillas puertas del santuario fueron sustituidas por propileos monumentales. Casi en la misma época se construyeron la Termas. Más tarde se edificaron otras al nordeste de la villa de Nerón y al oeste del Bouleuterion. Una nueva hospedería fue construida al oeste del taller de Fidias. En este periodo, los monumentos más antiguos son restaurados o remodelados.

Finalmente, en el 160 d. C., Herodes Atico construyó un acueducto que llevaba a un monumental aljibe, el Ninfeo o Exedra, las aguas de un rico manantial situado a 4 kilómetros al este de Olimpia. La construcción de forma semicircular con dos templetes circulares en cada uno de sus extremos. Los muros, de ladrillo, estaban revestidos de mármol variopinto. Sobre el muro semicircular, probablemente de dos pisos, y en los nichos que adornaban esta fachada, se habían colocado las estatuas de Antonino Pío y de su familia, al igual que las de la familia de Herodes Atico. El agua se recogía en la parte superior, en un depósito semicircular, y pasaba después a un aljibe rectangular situado más abajo, a cuyos lados estban los templetes. De allí, a través de una tupida red de conducciones, se distribuía a todo el santuario.

La primera gran destrucción de los monumentos de Olimpia se sitúa en el momento en que, para hacer frente a la amenaza de los Hérulos (267 d. C.), que por fin no llegaron jamás hasta el santuario, se construyó a toda prisa un muro para proteger los tesoros más valiosos y, sobre todo, la estatua crisoelefantina de Zeus. Este muro, que en otro tiempo se creyó que era bizantino, encerraba el templo de Zeus y la parte sur del santuario. Fue construido con materiales de los edificios que se hallaban dentro y fuera del santuario, que fueron demolidos por este motivo, excepto el templo de Hera. Con estas amputaciones y en un estado de decadencia que aumentaba de día en día, el santuario sobrevivió aún un siglo, durante el cual se emprendieron trabajos de restauración, especialmente en la época de Diocleciano. El santuario se cerró definitivamente en el año 393 d. C., cuando el edicto de Teodosio I prohibió el culto pagano. En 426 d. C., por un nuevo edicto de Teodosio II, fueron demolidos los monumentos del Altis, destrucción completada después por dos terremotos, el de 522 y el de 551 d. C.

Durante el siglo V d. C. una pequeña comunidad cristiana se instaló en Olimpia y el taller de Fidias fue transformado en basílica cristiana. Las lagunas del Alfeo y del Cladeo y los corrimientos de tierra del monte Cronion, que entre tanto había perdido su bosque, recubrieron finalmente todo el emplazamiento del santuario con un terraplén de 7 metros de espesor. Además, el Cladeo desvió su curso y acercó su lecho al santuario, haciendo desaparecer así los edificios de la parte occidental.

Erecteión

Erecteión

Pericles, en sus planes de acondicionamiento de la Acrópolis y después del Partenón, para rendir homenaje a la tradición, decidió la construcción de un edificio nuevo destinado a reagrupar las antiguas reliquias.

El arquitecto fue quizá Filocles, quien consiguió conciliar en un único edificio las necesidades de los diversos ritos, así como los problemas impuestos por un terreno irregular, que la tradición no permitía nivelar; es más, justamente jugando con tales irregularidades, realizó una de las construcciones más originales del arte clásico. El templo está construido sobre una pendiente, de manera que los lados norte y oeste están situados alrededor de 3 metros más bajos que los lados sur y este.

Otras fuentes citan a Kalícrates o Mnesicles como autores del proyecto. Pero los gustos habían evolucionado y la armadura moral de la ciudad ha cambiado: el barroco sucede al clasicismo, la grandiosa simplicidad da lugar al refinamiento. Es el triunfo del orden jónico.

La necesidad de preservar los sitios sagrados, explica probablemente la complejidad de la concepción. El templo no está dedicado a una divinidad en particular, sino que está constituido de varios santuarios.
Tres de estos santuarios están dedicados a Atenea, Poseidón y Zeus. Se supone que los otros dos santuarios están dedicados a Cécrope y Erecteo, dos famosos reyes atenienses. El Erecteión se compone de un cuerpo principal, de los pórticos norte y sur y de varios anexos. El cuerpo principal consiste en cuatro partes que no representan más que la mitad de un proyecto inicial que no fue jamás acabado.

El Erecteion se presenta como un gran templo jónico con dos cellas, una dedicada a Atenea con pronaos hexástilo mirando al este, y la otra consagrada a Poseidón-Erecteo, a la que se accede a través de un amplio vestíbulo por el lado septentrional del templo, con cuatro columnas en el frente y una a cada lado. El más grande, al este, es una cella con un pórtico jónico. El pórtico además, da acceso al Pandroseion, el santuario de Pándroso, a la que Atenea había confiado a Erictonio cuando éste era niño; en este lugar estaba el olivo sagrado de la diosa.

En el lado norte, hay otro gran pórtico con columnas y al sur está el famoso pórtico de las Cariátides, donde seis estatuas de mujeres jóvenes drapeadas sirven de columnas soportando el entablamento.

Estas mujeres son ciudadanas de la ciudad de Cariátide (ciudad del Peloponeso). La ciudad habiendo colaborado con el invasor persa, los atenienses les declararon la guerra y vendieron a sus mujeres como esclavas. Para que sirviera de ejemplo, estas estatuas son esculpidas en mármol para recordar la suerte de los que colaboraron.

El Erecteión intacto ha sido descrito extensivamente por Pausanias.

La construcción del templo, tal y como es visible hoy, fue empezado durante la Guerra del Peloponeso. Comenzó cuando la tregua de la Paz de Nicias en 421a.C y fue acabado entre 409 a.C y 405 a.C, probablemente en 406 a.C. Poco tiempo después, en 403 a.C, Atenas debe capitular frente a Esparta, entra en la Liga del Peloponeso y ve su democracia reemplazada por la tiranía de los treinta.

El templo fue modificado y dañado en varias reanudaciones de forma que su acondicionamiento interior original está sujeto a controversia. Fue primero dañado por un incendio durante el periodo clásico, quizá incluso antes de ser acabado y fue restaurado. La cella oeste fue modificada en 377 a.C y en 27 a.C

En el s.VII, el Erecteión fue transformado en iglesi bizantina; los muros interiores fueron destruidos y otros fueron edificados. Durante el período otomano, el templo sufrió otros daños. En 1463, fue transformado para alojar el harén del comandante turco de la Acrópolis y el pórtico norte fue tapiado. A continuación fue utilizado como polvorín. Esto marca el fin del edificio original, cuando los venecianos combatieron a los otomanos, el polvorín explotó, destruyendo el techo y dañando varios otros monumentos situados en la proximidad.

Más tarde, Thomas Bruce, séptimo conde de Elgin y embajador británico en Constantinopla, hizo quitar una de las cariátides así como otras numerosas esculturas del Partenón y las vendió al gobierno británico. Esta estatua se halla actualmente en el Museo Británico.

Las otras cinco Cariátides se hallan en el museo de las Acrópolis, protegidas de la corrosión y de la polución. Las seis estatuas que se encuentran en el sitio son réplica exactas de las originales.

El Partenón

El Partenón

El templo de Atenea Partenos es el más importante de los templos griegos por su nivel artístico y calidad de ejecución. es también el más controvertido. El edificio está fechado en 447-432 a.C. y era la joya de un ambicioso proyecto de obras públicas inspirado por el líder ateniense Pericles. Al principio el edificio fue objeto de debate político; había algunos que afirmaban que Pericles se equivocaba al usar el dinero entregado a Atenas por sus aliados para "engalanar la ciudad como una ramera". Además, Tucídides, el historiados ateniense contemporáneo del Partenón, guarda un extraño silencio sobre el edificio. La única mención es en referencia a los lujosos atributos de oro de la estatua de Atenea; según él, Pericles afirmó al principio de la guerra del Peloponeso (431 a.C.) que podían ser extraídos y fundidos en el momento en que existiesen verdaderas dificultades.

Aun así, no puede decirse que el Partenón fuese simplemente un tesoro glorificado, como se ha afirmado en ocasiones. Esto parece desprenderse claramente de la compleja historia del lugar en que se enclava. El templo da la impresión de estar construido en una superficie de terreno nivelado. En realidad, la roca madre se inclina de manera pronunciada en esta zona de la Acrópolis y el templo se apoya en una enorme terraza artificial, lo que garantiza su visibilidad desde una gran distancia, incluso desde el golfo Sarónico. Esta espectacular obra de ingeniería no estaba destinada al Partenón, sino a un antecesor destruido por los persas en el 480 a.C. cuando estaba a medio construir. Este inconcluso templo dórico aún tendría al menos un predecesor.

La historia reciente del lugar permitió a los atenienses economizar en la construcción, al reutilizar esta terraza preexistente y numerosos bloques ya terminados. Conocemos los nombres de los arquitectos Iktinos y Calícrates, supervisados por el maestro Fidias, también ateniense. El proyecto de Pericles exigía un mayor tamaño y magnificencia, ya que había de representar la nueva posición de Atenas como poder imperial. De este modo la terraza se extendió hacia el norte para acomodar un templo más ancho con 8 columnas dóricas en la fachada en vez de 6. A su vez, esta mayor anchura permitió aumentar el espacio en el interior y así encajar la extraordinaria creación de Fidias: una estatua de oro y marfil (crisoelefantina) de una Atenea erguida y armada, de unos 11’5m de altura. La fabricación de este tipo de estatuas a esa escala era una completa novedad, y posiblemente fuese una invención del propio Fidias.

El Partenón fue conscientemente diseñado para exhibir las más novedosas técnicas artísticas. La estatua ha desaparecido, paro aun se conservan los cortes en la roca que acomodaban el mástil de madera que le daba solidez.

El Partenón medía 69’53x72’31m de altura del escalón superior, lo que le otorgaba el excepcional título de ser el templo más grande de toda Grecia continental y tenía 17 columnas en los flancos. El edificio interior se componía de dos pórticos poco profundos, ambos equipados con verjas de seguridad oara proteger los dos valiosos juegos de grandes puertas que se abrían a dos cámaras que se daban la espalda y que estaban separadas por un sólido muro. La más grande de las dos, orientada hacia el este, era el santuario propiamente dicho. En su interior, una columnata dórica de columnas dobles rodeaba la estatua colosal de Fidias por tres de sus lados. Ahora sabemos que la sala se encontraba iluminada por un par de ventanas situadas en el muro oriental, en que también existía una escalera que conducía al ático. Las puertas de la cámara trasera estaban reforzadas con barras de hierro para aumentar la seguridad. Aunque el Partenón es un templo dórico, en esta sala de columnas interiores seguían el más esbelto estilo jónico, lo que le permitía les permitía llegar directamente hasta el techo. Los nombres que los elementos del Partenón recibían en la Antigüedad son objeto de controversia, pero lo más obvio parece que esta cámara se identifique con la "habitación de detrás" u opisthodomos en la que el rey Demetrio I residió brevemente. Las inscripciones que recogen los inventarios del templo indican que desde el principio ambas cámaras, así como el pórtico delantero, estaban repletas de valiosas ofrendas.

Los canteros del Partenón trabajaron con extremo cuidado, por lo que en algunos casos las junturas entre bloques eran originalmente casi invisibles. La aplicación de las proporciones y el uso de los llamados refinamientos también hacían que el edificio fuese excepcional. Las dimensiones, ejecutadas con minuciosidad y precisión son proporcionales, aplicándose una relación de 4:9. Por otro lado, están las "delicadas desviaciones de la verticalidad y la construcción regular". Estos refinamientos están presentes en el Partenón en mayor grado que en ningún templo griego conservado -de forma que la mayoría de sus líneas arquitectónicas, aunque parezcan rectas, en realidad describen una curvatura.-

La apreciación completa del esplendor sin parangón de la decoración del Partenón exige en nuestros días un esfuerzo imaginativo. Estaba construido en su totalidad con mármol blanco procedente del monte Pentélico, mientras que las molduras y otros elementos esculpidos por encima del nivel de las columnas resaltaban por su brillante policromóa, combinados con una gran saturación escultórica, en su mayor parte de gran calidad. Ningún otro templo griego, anterior o posterior, estuvo tan ricamente decorado. Pausanias hizo referencia a los dos grupos de los frontones en su visita al templo en el siglo II a.C. cuando aún estaba intacto.

La casa de los dioses.

La casa de los dioses.

 

Para rendir culto a sus dioses los griegos de la Antigüedad crearon una arquitectura sacra que en la actualidad se considera una de las principales glorias de su civilización. Durante más de ocho siglos se ciñeron a un esquema básico compuesto por un perímetro de columnas, rectangular y exento, que enmarcaba un edificio interior franqueado por una puerta, estando el conjunto techado por un tejado a dos aguas con frontones triangulares, todo ello construido en piedra. A través de los siglos, los arquitectos griegos adaptaron y refinaron esta fórmula monumental, pero sus características esenciales se mantuvieron intactas. el templo columnado griego se convirtió en un fenómeno cultural en sí mismo.

Los griegos llamaron a este edificio la naos, el hogar de la divinidad, cuya estatua normalmente se alzaba en el interior. Aplicaron este término a una jerarquía de estructuras de distinta escala de tamaño y prestigio. que iba desde el santurio compuesto de una sola sala, hasta el suntuoso templo columnado.

El templo columnado griego apareció aproximadamente en el 600.a.C. A la cabeza de este hecho se encontraba una sociedad nueva y dinámica formada en las tierras griegas desde el s.VIII a.C., un nuevo mundo que manifestaba su identidad a través de diversas formas de expresión que iban desde la poesía hasta la arquitectura.

El templo columnado se erigió pronto como la insignia arquitectónica de la polis, o la "ciudad-estado" griega. Su número se multiplicó rápidamente y en el s.V a.C. los atenienses alcanzaron un grado de sofisticación y unas cotas artísticas en diseño y ejecución que nunca serían superadas.

Como foco de las tradiciones religiosas de los antiguos griegos, los templos columnados sobrevivieron a la caída de sucesivos imperios helénicos y fueron protegidos por los romanos. Tras el triunfo de la cristiandad serían en su mayoría víctimas del olvido y tendrían un prosaico final sirviendo como canteras. Para una minoría de ellos, su conversión en iglesias serviría para la preservación tanto de su estructura como de su carácter sagrado.

Όμηρος

Όμηρος

 

Con el nombre de Homero se han transmitido dos grandes poemas épicos, la Ilíada y la Odisea, así como una colección de himnos. Esta última es claramente posterior y se acepta generalmente su carácter apócrifo. Desde época muy temprana comenzaron a circular biografías del primer poeta griego, pero según la crítica moderna, sólo reflejan la ficción de un poeta legendario que supuestamente escribió los dos primeros poemas de la tradición literaria occidental. Actualmente se considera más probable que las obras que se le atribuyen, la Ilíada y la Odisea, son el producto de una larga tradición oral y no de un único autor.

-Características de la épica homérica:

Para los griegos, Homero es más que un simple recopilador de canciones antiguas. Aristóteles ensalza en la Poética la Ilíada y la Odisea por su unidad. Homero fue el educador de las generaciones jóvenes que debían aprender largos párrafos de la Ilíada y la Odisea, que no eran consideradas simples creaciones literarias, sino una auténtica plantilla moral y práctica sobre la que se sustentaba la paideia la educación práctica y moral del hombre griego.

Sus versos no sólo relatan luchas y aventuras, sino que dan instrucciones concretas de cómo comportarse con honor en diversas situaciones, cómo vestir a un guerrero, aparejar un caballo o trabajar la tierra. Sus cantos eran una suerte de enciclopedia, un cúmulo de todo el conocimiento útil para la vida, además de un inmejorable tratado de ética.

Existe un cierto consenso en que la fijación escrita de la épica homérica se produjo en el siglo VIII a. C. No obstante, la acción dramática se desarrolla aproximadamente medio milenio antes, en una época que había adquirido caracteres míticos para la audiencia. Es por ello que la figura del héroe tiene tal importancia en la épica, denominada por esto mismo "heroica". La facultad principal de estos héroes, además de su fabulosa constitución física, es su temperamento, la areté o virtud guerrera, que durante la ilustración ateniense (s. V a. C.) pasaría a ser virtud cívica, debidamente adaptada a los nuevos tiempos. Sin embargo, el sentido del deber y el honor, fundamentales para la cohesión de una comunidad, son una constante en la vida de los héroes.

Los dioses son los otros protagonistas principales de la epopeya heroica, y se nos presentan en una doble identidad. Por un lado son poderosos y deciden el futuro de los mortales de acuerdo con sus caprichos, y por el otro aparecen más próximos a los hombres de lo que cabría esperar, con defectos que a veces les hacen resultar ridículos, orgullosos y lascivos. Incluso pueden llegar a ser heridos (aunque nunca muertos) por manos mortales cuando se inmiscuyen en la batalla. El poderoso Zeus, que gobierna sobre las demás divinidades, está también él sujeto a los dictámenes del Destino, la Até o Hado. Así se prefiguran algunos de los aspectos fundamentales de la tragedia: el hombre toma sus decisiones pero no está solo, los dioses juegan con él a su antojo y el destino resulta ineludible, se puede predecir pero no huir de él.

En cuanto a la métrica, la épica se sirve del hexámetro dactílico, cada estrofa se compone de seis versos, dáctilos o espondeos. El acento de los griegos no era intensivo como el nuestro, sino tonal, esto quiere decir que en lugar de dividir las sílabas por su acento tónico o átono jugaban con la duración de las mismas, que podía ser larga o breve. La mayor parte de la Ilíada y la Odisea está escrita en dialecto jónico, y algunas partes también en eólico, lo que viene a apoyar las teorías de los analistas. A partir de Homero el jónico se convirtió en la lengua del canto épico por excelencia, incluso podría decirse que creó un dialecto literario que sería empleado de ahí en adelante.

-Elementos literarios en Homero:

El uso de los epítetos decorativos convencionales constituye una parte esencial del estilo épico griego, y confiere a la poesía homérica parte de su rica y formal textura.

La técnica simplificadora que requería la narrativa cantada, acentuó sin duda la tendencia esquematizadota de la perspectiva heroica.

Existe un gran uso de fórmulas, versos, pasajes y repeticiones. Estas técnicas eran de gran ayuda para el ἀοιδός y el ραψωδός para recordar las partes siguientes de la narración. En definitiva eran un soporte para e recitador, ya que permitían no parar la narración y acudir a nueva información.